Una utopia menys: ja tenim Tractat sobre Comerç d’Armes!

25 09 2014

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Ja és oficial. Ja hem aconseguit les 50 ratificacions necessàries per a que el Tractat sobre el Comerç d’Armes (TCA) pugui entrar en vigor.

Del Tractat, i dels intents per aconseguir-lo, n’he parlat molt en aquest blog, en xerrades i en mitjans de comunicació. Sens dubte, és el tema del qual més m’he ocupat aquests darrers 4 anys.

Avui no diré gaire cosa. Però sí expressar una immensa alegria.

Quan fa 19 anys portava les campanyes de desarmament a Intermón semblava una utopia irrealitzable que fos possible allò que l’Oscar Arias i algunes organitzacions internacionals van reclamar: un codi de conducta de les transferències mundials d’armes.

Quan el 2003, ja a la Fundació per la Pau, la Campanya Control Arms es va presentar a nivell mundial tot proposant la creació d’un Tractat que regulés el comerç d’armes, semblava una altra utopia més. Però teníem present l’èxit de les mines. I animava.

Quan entre el 2006 i el 2010, s’aproven a les Nacions Unides diverses resolucions i informes que insten a crear un Tractat, continuava semblant una utopia, però ja semblava que hi érem més a prop.

Quan el 2010 ens vam reunir a Viena un centenar de persones d’ONG d’arreu del món per a preparar la campanya de sensibilització i pressió sobre els Estats per tal d’aconseguir el Tractat, semblava una utopia. Però ens feia molta il·lusió que, almenys, s’engegués un procés diplomàtic per a discutir-ne la creació. I, l’èxit recent de les bombes de dispersió, ens donava encara més moral. I des de la Fundació per la Pau (avui FundiPau) ens hi vam implicar a fons.

Quan el 2012 va fracassar la ronda negociadora, la idea del Tractat feia passes enrere i tornava a semblar una utopia. Però, finalment, el 2 d’abril del 2013 s’aprovava i, dos mesos més tard, es va obrir a les signatures i ratificacions.

Cada vegada que, durant aquests 19 anys, constataves l’oposició de les potències, la resistència de molts estats i la militància activa en contra per part d’empreses i lobbys armamentístics, tendies a pensar que tot plegat era una utopia, bonica però impossible. I t’entristies en veure com el món tolerava -perquè no hi volia fer res- la mort de més de 500.000 persones, cada any, a causa del descontrol i la proliferació de les armes.

Però, avui, finalment, el Tractat sobre el Comerç d’Armes (TCA) ha aconseguit 50 ratificacions i en 90 dies entrarà en vigor.

Sí, a partir de Nadal tindrem una norma internacional que obliga els Estats a una cosa tant cabdal, però que fins ara no era obligatori, com tenir en compte la situació dels drets humans i el nivell de conflictivitat, abans d’autoritzar una venda d’armes.

Sé que no és molt. Però sé que ha costat anys i anys d’esforços titànics aconseguir-ho. I sé que, lentament, anem cap a la bona direcció: que políticament, jurídicament i socialment s’entengui que les armes són un instrument perillós. I que controlar-ne el seu ús, comerç i impacte és una exigència fonamental. I, en definitiva, que mirar de preservar la vida humana és un objectiu més prioritari, noble, digne i essencial que protegir el comerç d’armes. Obvi? Doncs, fins ara, no era així.

Perquè he posat la foto que acompanya aquest post? La veritat és que no la recordava. Però, cercant-ne una altra, m’hi he topat. Correspon a un dels viatges a Nova York per a participar a la Conferència Diplomàtica a les Nacions Unides. A més de diversa premsa que vaig llegir a l’avió em vaig endur el llibre ‘Utopia’ de Thomas More -per cert, en una excel·lent traducció al català de Joan Manuel del Pozo.

Una imatge ben suggeridora, que m’ha tret un somriure. I és que el Tractat semblava una utopia… però avui ja és ben real.





El Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) ya es una realidad

22 07 2013

(Artículo publicado ahora en el número 108 de la revista ‘Tiempo de Paz‘ , el redactado es de 31/05/2013)

Resumen

En el número 105 de ‘Tiempo de Paz’ correspondiente al pasado verano, escribíamos el artículo ‘La regulación del comercio mundial de armas: de momento, no pudo ser’. En ese texto abordábamos el grave problema de la proliferación y el descontrol de las transferencias de armas en el mundo así como sus terribles consecuencias para las personas, las comunidades y la seguridad regional y global. También detallábamos la organización, sensibilización e incidencia impulsada por la sociedad civil internacional hacia la consecución de la regulación del comercio de armas y describíamos el largo trabajo diplomático desplegado en Naciones Unidas durante estos últimos años. Pese a todo, la Conferencia diplomática de julio de 2012 fracasó en el intento de adoptar un Tratado. Ahora, actualizamos ese artículo con buenas noticias: a principios de abril, el Tratado fue adoptado por la Asamblea General y en breve va a empezar la fase de firma y, después, de ratificación. En este artículo analizamos qué supone el Tratado aprobado y los pasos inmediatos a desarrollar.
¿Qué ha pasado desde julio 2012?

El posible fracaso en la Conferencia diplomática de 2012 era, para la sociedad civil y la comunidad internacional, una más que evidente posibilidad.

En primer lugar, por la ambición del proceso: a diferencia de los éxitos anteriores conseguidos en materia de desarme (minas y bombas racimo), el comercio de armas afecta a una buena parte de los países del mundo: algunos como exportadores, el resto como importadores. Hay muchos más países implicados y por tanto las negociaciones son más complejas. Buena prueba de ello fue la dilación en iniciar un proceso de este tipo.

En segundo lugar, por el amplio alcance: el Tratado no se centra en un controlar un arma determinada, sino la voluntad de regular todas las armas convencionales.

Es innegable, además que la industria militar y el lobby de las armas tiene un peso crucial en varios países y determina límites importantes a la adopción de acuerdos de desarme o control de armas.

Y, finalmente, porque el apoyo de Estados Unidos al inicio del proceso diplomático fue a cambio de garantizar que todo acuerdo sobre un TCA sería por consenso. La interpretación exacta de que quería decir consenso no era muy obvia –y ha sido uno de los temas de discusión en las reuniones preparatorias- pero en cualquier añadía presión a un posible acuerdo final.

Sin embargo, la última semana de negociación en julio de 2012 pareció alcanzarse un acuerdo y por ello cundió un gran expectación que finalmente se vio truncada por la decisión de Estados Unidos en inicio, seguido rápidamente por China y Rusia, de no aprobar el texto aludiendo falta de tiempo.

Pasado el verano des de las ONG de la Campaña Control Arms, así como los países promotores del proceso diplomático acordaron presentar en la Asamblea General de las Naciones Unidas una propuesta de una nueva Conferencia final para intentar, partiendo del texto resultante de la conferencia de julio, aprobar el Tratado.

La Conferencia se desarrolló entre el 18 y el 28 de marzo en Naciones Unidas. Ya anteriormente, bajo el mando de la nueva presidencia, hubo varios intercambios y contactos para avanzar en el consenso. Durante las dos semanas de marzo, las negociaciones fueron a un ritmo vertiginoso. Además de las sesiones plenarias, el presidente creó varios grupos de trabajo sobre temas específicos en los que había más discusión para ir avanzando en paralelo y de forma consensuada.

Finalmente, el día 28, cuándo todo parecía muy cerrado –las grandes potencias habían confirmado que no boicotearían el acuerdo- y las expectativas eran muy elevadas, Irán, Corea del Norte y Siria se manifestaron contrarios al acuerdo. Hubo un cierto forcejeo diplomático: muchos Estados entendieron que tres ‘No’ no eran suficientes para inutilizar el inmenso consenso restante. Aún así, varios países cruciales –Rusia y China por ejemplo- insistieron en que no había acuerdo y, por lo tanto, no se podía adoptar.

Ya era, pues, la segunda conferencia diplomática que terminaba en fracaso.

Aún así, la Campaña y los países impulsores, tenían un Plan B previsto que activaron de forma inmediata: llevar el texto resultante de la conferencia a la Asamblea General para su aprobación. En este caso, obviamente, no hacía falta que hubiera consenso, simplemente apoyo mayoritario.

Al cabo de muy pocos días, la sesión del  martes 2 de abril de 2013 vio como se aprobaba el TCA por una amplísima mayoría: 156 países.

Los países que votaron no, fueron los mismos que 4 días antes y, entre los que se abstuvieron (23), hubo países de peso: Rusia, China, Pakistán, India, etc. Aquí remite la principal diferencia respecto a una aprobación por Conferencia. Con la votación se visualizaba algunas reticencias que en el formato de Conferencia no hubieran optado por frenar el proceso por el señalamiento y coste internacional que les hubiera podido acarrear. En cambio, abstenerse en una votación que sabes que va a ganarse, es más fácil. El acuerdo por Asamblea General, por lo tanto, y aunque en este caso recogió un apoyo muy amplio, tenía una foto final menos categórica y contundente que la que se hubiera conseguido por la adopción por consenso en conferencia.

Los pasos antes de que entre en vigor

La adopción de un Tratado Internacional hasta que entra en vigor es un proceso con varias etapas. El TCA fue aprobado por la Asamblea General. Pero hace falta abrir el período de firma, por el cuál los Estados explicitan su voluntad de adherirse al tratado. El proceso de firma se abre el 3 de junio (cuándo se entregó este artículo faltaba una semana) y, automáticamente, los Estados firmantes pueden iniciar el proceso de ratificación que, normalmente, consiste en la aprobación en sede parlamentaria del tratado que ha firmado el ejecutivo. En el caso del TCA, al cabo de 90 días de haberse conseguido 50 ratificaciones, el Tratado entrará en vigor.

En principio, el proceso de firma y ratificación no tendría que ser necesariamente muy largo. Pero la experiencia señala que la rapidez de los Estados en este tipo de cuestiones deja mucho que desear. En el ámbito de desarme y control de armas, el precedente más reciente es la convención contra las bombas racimo que precisó de un año y medio para conseguir 30 ratificaciones y, así, poder entrar en vigor.

Aún así, el alto grado de compromiso de buena parte de los países impulsores y favorables al TCA debería permitir que el proceso fuera ejemplarmente rápido.

¿Qué supone el TCA?

Supone, ante todo, un cambio de escenario: hasta ahora, muchos otros productos más inocuos e insignificantes disponían de regulaciones y normativas internacionales a cerca de su comercio. En el caso de las armas, no. Por lo tanto, el Tratado sobre el Comercio de Armas es la primera norma global sobre transferencias de armas que será de obligado cumplimiento para todos los Estados miembro.

El TCA deja claro el derecho de los estados a defenderse, armase, comprar y vender armas. Pero también apunta a que hay que fortalecer los principios de Naciones Unidas por lo que respecta al fomento y preservación de la paz. Así, deja explicitado que el comercio de armas sólo puede permitirse cuándo no entre en colisión con esos principios y objetivos superiores.

El Tratado alcanza a todas las armas convencionales y, en concreto, en el texto se citan las siguientes: carros de combate; vehículos blindados de combate; sistemas de artillería de gran calibre; aeronaves de combate; helicópteros de ataque; buques de guerra; misiles y lanzamisiles y armas pequeñas y armas ligeras.

Es un alcance ambicioso aunque, claro está, no perfecto: al basarse en el Registro de Armas convencionales de Naciones Unidas (que tiene más de 20 años) no está muy claro que los desarrollos armamentísticos actuales (drones) y futuros (robots armados) puedan quedar sujetos a la supervisión del Tratado.

El TCA, y eso es un avance respecto a borradores de julio 2012, también exige a los Estados miembro que hagan un control de municiones y piezas y componentes, todo ello aspectos esenciales que, si hubieran quedado fuera del alcance del TCA lo hubieran convertido, en la práctica, en una mera declaración de intenciones.

El texto explicita cuándo los Estados, de forma explícita, deben prohibir y evitar las transferencias de armas: en los casos que así se señale en resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, cuándo haya disposiciones de aplicación por parte de acuerdos internacionales existentes sobre tráfico ilícito de armas o cuándo las armas puedan ser utilizada en contextos de genocidio.

Lo más crucial, sin embargo, es el deber general de los Estados de evaluar los riesgos y posibles impactos de toda transferencia de armas, y a no autorizarla, cuándo las armas vendidas puedan menoscabar la paz y la seguridad; facilitar la comisión de violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos o ir a parar a grupos terroristas y de la delincuencia organizada.

Al realizar la evaluación, aunque no se consiguió que fuera al mismo nivel que lo citado anteriormente, los Estados también deberán tener en cuenta los historiales acerca de la comisión de actos de violencia de género.

El TCA también estipula criterios para evitar la dispersión (uno de los problemas actuales más graves), explicita que cada Estado debe mantener registros y controles propios y determina las obligaciones para con los mecanismos de control del tratado: asegurar y mantener una secretaría técnica; elaborar y elevar los informes sobre los avances realizados, colaborar con las demandas que se reciban, etc.

Los mecanismos de seguimiento del TCA se completan con la realización de conferencias de revisión y la posibilidad de mejorar se concreta en que los Estados por ¾ podrán adoptar cambios en el texto. Algo no previsto en los anteriores borradores y que constituye un gran éxito: si cualquier cambio debía ser aprobado por unanimidad, la posibilidad de mejorar el TCA era ínfima. Y teniendo en cuenta los 2 fracasos diplomáticos recientes por un número insignificante de países, el miedo a que se aprobara la exigencia de consenso era bien fundado.

¿Servirá de algo?

Algunos sectores del movimiento por la paz y el activismo antimilitarista han criticado el TCA por considerar que, en esencia, no será un instrumento realmente útil. Consideran, en parte con razón, que los Estados no quedan suficientemente obligados. Y, finalmente, apuntan que el TCA, en exigir unos criterios de respeto a los derechos  humanos, parece que termina por validar y legitimar aquellas transferencias de armas que sí pasen el filtro planteado por el TCA.

Evidentemente, hay que aclararlo las veces que haga falta: el TCA ni es un instrumento perfecto ni, de entrada, es un tratado para desarmar o desmilitarizar. No es un tratado de prohibición o desarme es, simplemente –y ya es mucho!-, un mecanismo jurídico para frenar la proliferación y el descontrol de las armas.

Pero vale la pena señalar porqué el TCA, desde una perspectiva gradualista de construcción de paz, puede permitir avances muy interesantes:

1. Por primera vez, nos encontramos con un tratado que regula el comercio de armas y que, entre sus objetivos y finalidades, se destaca la de ‘contribuir a la paz y la seguridad’ y ‘reducir el sufrimiento humano’. Admitir que las transferencias de armas generen sufrimiento y que no son un factor generador de paz es una obviedad para la gente del movimiento por la paz. Pero, sin duda, es de calibre revolucionario en un texto jurídico que potencialmente debe ser firmado por todos los países del mundo y constituye un reconocimiento explícito a los impactos terribles del comercio de armas.

2. El TCA crea un nuevo marco y puede generar tendencias positivas: cuándo se aprobó el tratado contra las minas, se dijo que no serviría de nada porque muchos países productores y consumidores no estaban dentro. Con el tiempo, sin embargo, la simple existencia de un tratado con un amplio apoyo de países, con el seguimiento de los medios de comunicación, con las prácticas que se van asumiendo en el entorno diplomático, etc. constituye un factor claro de presión que va más allá de los países firmantes. De hecho, desde 1997 (año de aprobación del tratado contra las minas, no se han constatado nuevas fabricaciones de tipos de minas y son muy contadas las ocasiones en que los países no miembros del Tratado las han utilizado en el sin fin de conflictos armados en los que han estado involucrados.

3. El TCA se encuentra en una tendencia que solo puede ir a más: que el TCA no sea excelente no quiere decir que no vayamos, paso a paso, en la buena dirección. La adopción del TCA se enmarca, por lo que respecta al comercio de armas, en una corriente de mejorar el control y la regulación respecto a lo que era un vacío absoluto: primero llegaron leyes de ámbito estatal, después regional o continental y, ahora, a nivel mundial. Hay que ver pues el Tratado sobre el Comercio de Armas como un peldaño más hacia el fin de la impunidad en las transferencias de armas. En el futuro, el TCA puede mejorar o pueden surgir nuevos instrumentos que hagan más estricto el control de las armas. Pero lo que seguro que no pasará es que se desande lo que se ha andado.

También, teniendo en cuenta los otros éxitos en desarme (tratado minas, tratado bombas racimo) el TCA refuerza la línea de contención del armamentismo.

El papel de la sociedad civil en el nuevo contexto

Sin duda, la sociedad civil ha sido crucial en la adopción de este nuevo marco. Lanzó, hace 15 años, la primera idea. Impulsó el nacimiento de la Campaña ‘Control Arms’ y ha hecho una ingente labor de incidencia social y política para conseguir que llegara, finalmente, a buen puerto.

¿Cuál es, ahora, su labor? De forma inmediata continuar presionando y garantizando un apoyo significativo al TCA. Por ejemplo, y con respecto al proceso de firma, no es lo mismo que el día 3 de junio lo firmen 30 estados que 60 o que 100. Y no es lo mismo que en el acto de firma estén presentes varios Ministros que no.





Des de Catalunya, contribuint a la seguretat global

4 06 2013

(article publicat a El Periódico, el 4 de juny de 2013. Versión en español)

Avui a la seu de les Nacions Unides de Nova York s’inicia el procés de signatura del Tractat sobre el Comerç d’Armes (TCA), adoptat per l’Assamblea General el passat 2 d’abril.

Un Tractat que ha de posar les transferències mundials d’armes sota control, fixar uns criteris d’obligat compliment, exigir als Estats que no es desresponsabilitzin dels impactes de les seves vendes. El descontrol del comerç d’armes permet que dictadors, criminals i màfies organitzades puguin abastir-se al mercat mundial i, així, obtenir armes amb les quals acaben vulnerant els drets humans. Exigir als Estats una avaluació rigorosa dels riscos d’aquestes vendes, obligar-los a dur a terme uns registres precisos i establir mecanismes de supervisió generarà una millor seguretat global.

És evident: la consecució del TCA no ha estat una victòria fàcil. No comptava amb l’adhesió inicial de les principals potències armamentístiques, que recelaven de qualsevol possible fre al seu desbocat negoci. I s’ha hagut de fer front a la forta i activa oposició del lobby de les armes i de la indústria militar. I, en aquesta doble feina, la societat civil per la pau i els drets humans ha estat cabdal: a mitjans dels 90 va posar el crit d’alerta sobre les greus conseqüències de la desregulació del comerç d’armes i a principis de la dècada del 2000 va concretar la petició: aconseguir una normativa global que en regulés les transferències. Durant aquests anys, la Campanya Armes Sota Control ha estat altaveu d’una consciència ciutadana que, conjuntament amb els centenars de milers de víctimes, reclamaven una solució urgent als Estats.

En el procés diplomàtic, s’hi han pogut veure tota mena d’actituds i preses de posicions per part de les diverses delegacions estatals que, al capdavall, són les que van prendre l’acord. És clar, Catalunya no hi jugava en aquesta lliga. Però, a més de les delegacions estatals, també han tingut un paper actiu en tot el procés les delegacions de la societat civil. I, en aquest àmbit, Catalunya ha tingut una presència i un impacte molt superior, per exemple, a una desena d’estats constituïts d’Europa.

El suport al procés del TCA generat des de la societat civil catalana no ha estat pas menor: a Catalunya, les tres organitzacions de la Campanya, Amnistia Internacional, FundiPau (Fundació per la Pau) i Intermón Oxfam van donar a conèixer el problema i van generar un gran suport social i institucional: ajuntaments, Parlament de Catalunya, ONG, gent del món de la cultura i la comunicació, etc. van mostrar el seu suport a la regulació del comerç d’armes. I durant el procés diplomàtic (4 reunions preparatòries i dues conferències) a més de la tasca d’incidència de FundiPau també s’ha comptat amb la feina d‘anàlisi de l’Institut Català Internacional per la Pau (ICIP).

Tot això sense oblidar que, el precedent immediat de la Campanya Armes Sota Control, es va assajar fa gairebé 20 anys a Barcelona, amb la coalició ‘Hi ha secrets que maten’ que, amb l‘impuls de Vicenç Fisas, va aplegar per primera vegada en un treball d’incidència conjunt diverses ONG no estrictament de pau però sí preocupades per l’impacte de la venda d’armes.

El procés del TCA, per tant, també ens permet aportar una mica més de perspectiva sobre un debat que els darrers mesos s’ha obert al nostre país: en cas que Catalunya avancés cap a cotes de sobirania, quina política de seguretat i defensa hauria d’assumir? Al meu entendre, el debat s’ha formulat, encara, massa deutor d’una concepció de la seguretat que l’associa a força militar. Tradicionalment, les polítiques de defensa s’han centrat en garantir els interessos dels Estats, entesos com a maquinària, obviant la seva dimensió de comunitat humanes. I, així, el paper de l’exèrcit i el militarisme sempre han estat clarament sobredimensionats. Però una política seriosa de seguretat ha de posar les persones al seu centre, identificar els riscos i amenaces que poden afectar la vida de la gent i mirar d’aportar-hi solucions.

Des d’aquesta perspectiva, el TCA és una gran notícia: si el descontrol i la proliferació de les armes suposa cada any la mort de més de 500.000 persones, posar eines i mecanismes de prevenció per evitar que això passi és una cabdal contribució a la seguretat global.

I en aquest procés, Catalunya no és que pugui jugar-hi un paper en un futur hipotètic. És que hi ha jugat un paper ja ara. I, si només en clau de societat civil, Catalunya ha fet una aportació rellevant a un dels processos més cabdals dels darrers 15 anys, això vol dir que més enllà del debat de l’exèrcit, si es dotés d’estructures d’estat i tingués voluntat política, podria fer una aportació encara més significativa en la construcció de la pau, la promoció dels drets humans i la creació de seguretat global.





Un dia històric i un dia feliç

4 04 2013

(Article publicat al diari ARA el 03/04/2013)

El Tractat aprovat ahir no és perfecte: té llacunes i escletxes. Però venint d’on veníem (voracitat de la indústria militar, irresponsabilitat de governs i deixadesa per part de la comunitat internacional) ahir va ser un dia històric. Perquè, per primera vegada, una gran majoria d’estats i les Nacions Unides han fet un gest contundent de responsabilitat: posar les transferències internacionals d’armes sota control.

I és un dia feliç: per a les persones que des de les diverses ONG, centres de recerca i campanyes han estat impulsant-ho i treballant-hi des de fa temps. Per als polítics i diplomàtics implicats. Per als periodistes que n’han informat. Per a la gent que vol un món en pau. Per a les víctimes que han patit la violència armada. I, sobretot, per a les futures víctimes que, amb el Tractat, ens estalviarem.





#TractatArmes: l’hora de la veritat (post en ‘evolució’: 18-28 març)

20 03 2013

foto bonica ATT - NYC

(això és un diari ‘viu’ de les negociacions a Nacions Unides pel Tractat sobre Comerç d’Armes (TCA). Cada dia, afegiré un nou apunt)

Un altre fracàs… però més a prop del control de les armes (dijous 28)

Bé, ha passat el que semblava que no passaria: que alguns dels pocs estats clarament contraris bloquegessin l’acord tot i  no tenir la ‘cobertura’ de les grans potències. Tot i que potser caldria matisar això darrer… és estrany que un país que al final acceptava el Tractat (Rússia) de seguida salti, davant els dubtes de si 3 països són suficients per bloquejar un acord tant majoritari, per dir que si no hi ha unanimitat sota cap concepte es pot aprovar el Tractat… Potser alguna potència ha fet servir algun ‘intermediari’ per estalviar-se de quedar malament?

Certament, és una decepció: hi ha hagut molt de treball diplomàtic, polític i de la societat civil per a fer possible aquest Tractat i hi érem més consistentment a prop que al mes de juliol passat. I, malgrat tot, ha tornar a tombar-se. Però més enllà de l’evidència que l’impuls del Tractat es durà a l’Assemblea General de les Nacions Unides per tal que allà sigui aprovat per majoria, cada cop va quedant més clar (i ni potències ni lobbys ho poden impedir) que s’acaba l’època de la impunitat de les armes, del seu comerç sense regulació i de la seva proliferació sense control. I això és la millor notícia.

Emoció continguda… (dimecres 27)

Contra el que totes i tots crèiem, el tercer esborrany és el millor. Tot i mantenir aspectes que poden ser problemàtics (poca contundència i extensió en el criteri de drets humans, algunes armes podrien quedar fora de l’abast del TCA, etc.) n’hi ha que han millorat molt: rebaixa del nombre de països que cal per tal que el TCA entri en vigor o caiguda de l’exigència que el TCA només es podia canviar per consens: això hagués fet impossible la seva millora.

Ara, sembla que hi ha suport -encara que sigui poc entusiasta- dels 3 grans ‘reticents’: Xina, Rússia i Estats Units. Només cal veure si Índia, Egipte, Iran o Veneçuela, entre altres, diuen que no els agrada o, directament, veten la seva adopció.

Esperant el part (dimarts 26)

En poques hores tindrem el darrer esborrany que el president de la Conferència presentarà per a la seva aprovació: segurament, no serà molt diferent al que teníem. Però si canvia, que sigui a millor i de forma substancial.

I, mentrestant, hem rebut tres suports molt potents que confirmen la importància del moment: 1) una apel·lació del secretari general de les Nacions Unides; 2) l’editorial de The New York Times i, 3) una acció d’AVAAZ.

El xoc de trens ja és aquí (dilluns 25)

Tres anys negociant. Un fracàs. Pròrroga. S’apropa el temps de descompte. I es nota.

Avui les delegacions han reaccionat a l’esborrany. I han estat clares i contundents.

Per una banda, bona part dels països africans (i tots els de CEDEAO), bona part dels països llatinoamericans, els 15 estats caribenys del CARICOM i els 27 de la Unió Europea, han dit que l’esborrany era insuficient, que calia més claredat en el criteri de drets humans, la plena inclusió de les municions, etc. En general, han parlat d’enfortir-lo i no deixar escletxes. La poderosa declaració que en nom de 103 estats ha llegit avui Ghana és un bon indicador del que volen i reclamen.

Per l’altra, la claredat també ha estat total: la Xina i Rússia han valorat precisament els aspectes més indeterminats del text i han criticat el que per ells és massa contundent: les mencions a municions, parts i components. Índia, Egipte, Paquistan, Algèria, Cuba, Veneçuela o Iran, han estat directament crítics pels mateixos motius.

Els Estats Units han adoptat una actitud formalment moderada i equidistant tot i que, en la pràctica, apunta als refractaris: ha dit que volia que la Conferència acabés amb un Tactat però que, per fer-ho possible, calia rebaixar l’ambició.

El pols ja és a la fase final. I les ONG apretant a fons per tal que es decanti cap al control estricte del comerç d’armes.

Tenim segon esborrany del TCA: una primera valoració (divendres 22)

Enmig d’una gran expectació, el president de la Conferència ha facilitat aquesta tarda el 2n esborrany ara ja amb noves propostes de contingut. Una primera valoració:

Què ha millorat o què és manté en positiu?

1) tot i estar en un nivell inferior de control, es reforça la regulació de les municions així com de les parts i components necessaris per a fer armes; 2) s’estipulen mesures per a evitar el desviament d’armes cap a terceres destinacions; 3) les armes lleugeres i curtes es mantenen dins de l’abast de regulació del TCA

Què no ha avançat i es manté insatisfactòriament? 

1) alguns tipus de transferència d’armes podrien quedar fora de la cobertura del TCA; 2) el criteri de drets humans a l’hora d’avaluar una venda d’armes és poc contundent; 3) el criteri de la violència de gènere o la pobresa continuen fora del nucli dur d’anàlisi; 4) es continua exigint 65 ratificacions per entrar en vigor, una xifra altíssima

Malgrat la pressió que puguem fer -i ho farem!- les ONG i els Estats favorables (la immensa majoria), la meva impressió és que serà difícil millorar aquest 2n esborrany. M’imagino, més aviat, que les potències i els Estats refractaris atacaran a fons les millores i caldrà defensar-les!

Segons com vagi la setmana, per tant, caldrà prendre una decisió clau: preferim aconseguir ja un TCA tou però amb tothom dins o optem per allargar el procés, anar cap a un TCA més ambiciós però amb absències d’Estats importants?

La societat civil a la Conferència (dijous 21)

Si existeix un procés diplomàtic per a adoptar un Tractat sobre Comerç d’Armes, és per la voluntat de la societat civil. És més: els èxits precedents en desarmament que van animar aquest procés (mines i bombes dispersió) es deuen a les ONG.

Però impulsar, acompanyar i vigilar un procés tant llarg i extens és un gran repte. En aquesta Conferència, per exemple, s’estan organizatzant diverses reunions informals -simultànies a la plenària- que són decisives per al desenvolupament d’algun aspecte del Tractat. Les delegacions governamentals petites tenen moltes dificultats per a poder-hi assistir. I alguns estats refractaris aprofiten aquestes reunions per a intentar congelar o aparcar aspectes importants. Les ONG, fent un esforç titànic, procuren assistir i estar en tot, però la dificultat és evident.

A la tarda, en la tradicional sessió en què la societat civil es dirigeix als delegats governamentals (fa un any, vaig tenir el plaer de fer-ho), les ONG han fet discursos documentats, enraonats i ben presentats. El lobby proarmes, com és habitual, ha amanit les seves presentacions amb demagògia, alarmes i grotesques connexions (per exemple, entre els drets de les dones i les armes!).

És ben clar: si la qualitat i raonabilitat de les propostes emeses fos realment el factor determinant, el món faria cas a les ONG pel control de les armes i ignoraria el lobby proarmes. I tindríem Tractat.

La nova presidència facilita una revisió de l’esborrany (dimecres 20 – tarda)

El nou president de la Conferència, el molt actiu australià Peter Woolcott, ha facilitat aquesta tarda un nou esborrany del TCA. No és realment un document que contingui canvis significatius de fons. Bàsicament, és una revisió tècnica: el text està més estructurat i ordenat i més ben jurídicament fonamentat. Per tal de veure si el nou president rebaixa o impulsa el contingut ‘vigent’ del TCA, haurem d’esperar a demà. I, demà, ja només faltaran 4 dies per al final…

‘L’aportació a la pau del comerç d’armes’ (dimecres 20 – matí)

El paper dels USA ha estat clau en el procés diplomàtic del Tractat d’Armes: en positiu (permetent el seu inici amb el vot favorable el 2009) i en negatiu (avortant l’acord final el juliol de 2012).

Tot i que els USA no són gens entusiastes dels acords de desarmament o control d’armes (de l’actitud activament contrària de Bush hem passat a la constructiva però tampoc gaire més còmplice d’Obama), en el Tractat d’Armes no són els més refractaris: Xina i Rússia són els ‘líders’ en aquest sentit.

Però avui al matí, s’han lluït: davant l’esperit que hi ha al darrere de la idea del TCA (limitar el comerç d’armes en termes de defensa dels drets humans i la pau), el diplomàtic nord-americà ha dit que ‘el comerç d’armes també fan una contribució a la pau i la seguretat’. En fi, no són bons presagis…

Les municions han d’estar dins el Tractat! (dimarts 19)

De l’esborrany del Tractat sortit de juliol es va aconseguir una mitja victòria (o mitja derrota, depèn com es miri): davant dels països que no volien incloure les municions, aquestes es van esmentar al Tractat. Però en un nivell menor d’exigència i control que les armes convencionals.

I és un greu absurd: una pistola, sense bales, no és res. Si no controlem les municions -quan cada any se’n posen al mercat 10.000.000 de noves!- estaríem fent el préssec.

Avui, 69 delegacions governamentals -amb un text acompanyat per la Campanya i fet circular en un temps rècord- han presentat al plenari un document on es reclama que es reforci el control sobre les municions. Un punt.

El suport dels governs a un Tractat d’Armes sòlid creix (dilluns 18)

La Conferència fallida de juliol es va cloure amb fracàs però amb una poderosa declaració de prop de 100 estats reclamant l’adopció d’un Tractat sobre Comerç d’Armes sòlid i robust.

Avui, primer dia de la Conferència, gràcies a delegacions governamentals impulsores i còmplices i a la xarxa de relacions i a la capacitat de lobby de la Campanya Armes Sota Control i les ONG, s’ha fet una important demostració de força, evidenciant que el suport al TCA creix: 108 estats han presentat una declaració demanant que l’esborrany sorgit de juliol sigui ampliat i aprofundit.

Cap a un Tractat sobre Comerç d’Armes (TCA) (diumenge 17)

Venim de lluny i en dues setmanes cal veure si és possible aprovar un Tractat seriós i interessant. En resum, tenim un bon punt de partida -un esborrany interessant, però que cal millorar si volem regular seriosament el comerç d’armes.

Per a qui no hagi seguit el tema fins ara, aquí deixo algunes pistes en català, per a reproduir els passos previs:

. Web sobre el TCA de FundiPau (Fundació per la Pau): http://www.fundipau.org/tca

. Articles i posts que he publicat sobre el tema: https://jordiarmadans.wordpress.com/tag/tractat-comerc-darmes

. Espai d’informació al web de l’icip i posts de Xavier Alcalde al bloc de l’icip





Tractat d’Armes: game over… per ara!

28 07 2012

Avui ha estat un dia dur.

No perquè no tinguessim previst que la manca d’acord podia produir-se.

Però aquests darrers dies començava a dibuixar-se un escenari de possible acord entre països favorables a un Tractat potent i països que preferien un Tractat ben poqueta cosa. I, al final, tot i haver condicionat continguts i haver rebaixat ambicions, la Xina, Rússia i els USA -i altres països petits, alguns d’ells auto-considerats ‘revolucionaris’- han optat per avortar el procés.

I, tot i que hi estiguem acostumats, fa ràbia veure com en un tema tant obvi (posar ordre al descontrol de les armes i, així, evitar moltes de les 500.000 morts que cada any es produeixen per violència armada) alguns ‘responsables’ governamentals i ‘líders’ polítics actuen amb un patetisme tant lamentable. En un hipotètic examen, no ja de decència sinó de simple responsabilitat, suspendrien amb la pitjor nota possible.

Però, una cosa és clara: mai, abans, s’havia vist possible, probable i necessari per quasi tots els països que calia regular el comerç d’armes. Això, ara, ja està guanyat. És qüestió de temps. Ja hem aconseguit despertar moltes inquietuds: hi ha massa persones i sectors socials que ja no poden acceptar per al futur la idea que qualsevol producte sigui més regulat que el comerç d’armes.

Avui s’ha acabat el ‘joc’ del procés diplomàtic cap al Tractat sobre Comerç d’Armes (TCA) que a diverses persones i organitzacions ens ha tingut ocupats intensament durant 3 anys. Però, en el fons del fons, n’estic convençut: avui és el darrer dia del ‘joc’ del comerç d’armes fora de control.





Tractat d’Armes: el tenim a tocar, encara que no sigui magnífic…

24 07 2012

La Conferència pel Tractat sobre Comerç d’Armes a Nacions Unides ja ha entrat en la recta final. I tot es precipita.

Avui al matí l’ambaixador García Moritán ha presentat el primer esborrany del Tractat. Ha estat un moment emotiu. Després de moltes reunions preparatòries amb textos informals disposar d’un esborrany formal és com començar a visibilitzar que el Tractat és a prop i pot esdevenir una realitat.

Sens dubte, aquesta és la primera valoració a fer. Ja ho deia en Xavi Alcalde.

Però en mirar-me el text en una primera i ràpida ullada, he vist coses que m’han desagradat. I he fet algunes piulades en aquest sentit (@Jordi_Armadans 1r esborrany oficial del #TractatArmes Un text complet però amb moltes pèrdues respecte a anteriors docs). Especialment, m’ha preocupat que l’abast de les armes a cobrir pel Tractat s’ha reduït (hi ha armes que no queden citades) i les que se citen, ho són més parcialment i restringida (si enlloc d’avió militar parlem d’avió de combat, per exemple, estem deixant fora molts possibles avions militars que, estrictament, no són de combat). Ara l’aspecte més clamorós és que les municions, tot i esmentar-se, quedarien fora del nucli dur del Tractat.

Tampoc m’ha agradat veure que en els criteris per a autoritzar o no una transferència d’armes, el llenguatge sobre drets humans, desenvolupament, etc. és menys explícit que en textos anteriors. I espanta veure l’alt nombre de països que caldria per a que el Tractat entrés en vigor: 65!!! Això podria fer que trigués anys a realment ser efectiu i d’obligat compliment…

Però, ben cert: el text inclou moltes coses i posa per escrit vells desitjos que, fins avui, no s’han vist concretats.

Les primeres reaccions

La Campanya Armes Sota Control, Saferworld, Amnesty International i la Creu Roja han fet una valoració (gràcies a la Lourdes Vergés disposeu de traducció catalana i castellana on-line abans fins i tot que l’original anglès de la campanya) a primera hora de la tarda que, en bona part, coincidia amb aquesta primera reacció positiva però preocupada que havia fet.

I, en la sessió plenària, les delegacions estatals han començat a reaccionar a l’esborrany. He fet un recompte i el resultat és clar: 29 delegacions han reclamat un Tractat més ambiciós i potent. Especialment, han clamat pel tema de les municions. Vaja, volen més Tractat. 14 delegacions han dit que els semblava un bon punt de partida: segurament algunes d’elles no voldrien avançar més i altres volen millorar-lo però, de moment, es queden amb la bona notícia del que s’han trobat. I 9 delegacions han dit clarament que el Tractat va massa enllà: volen menys tractat.

Queden 3 dies, molta intensitat en poques hores, molts nervis i molts possibles accidents. Però la possibilitat de tenir un tractat que reguli el comerç d’armes és més a prop que mai.





La darrera setmana d’un llarg procés

23 07 2012

Una de les primeres accions públiques de la Campanya ‘Hay secretos que matan’

Avui comença la darrera setmana de la Conferència Diplomàtica que hauria d’aprovar un Tractat sobre Comerç d’Armes (TCA). I tot i que amb el cor encongit per les notícies i les imatges que ens arriben de l’Empordà, cal situar en el temps això que comença avui.

Guardat gelosament pels Estats de la crítica o, simplement, de la informació, el comerç d’armes, com moltes altres variables del militarisme, ha campat sense control. I, més enllà de la crítica del moviment per la pau, sense amonestació política o periodística.

No pot ser que un comerç que té unes conseqüències tant devastadores (pèrdua de vides humanes, intensificació de la violència, enquistament i allargament de conflictes armats, etc.) tingui menys controls i crítiques que altres comerços de productes innocus.

A mitjan 90, diverses ONG internacionals i Premis Nobel de Pau van reclamar un control del comerç d’armes. Sempre ho diem. Però poques vegades recordem que la primera campanya –que anava més enllà del moviment pacifista (com el mític i estimat C3A, Campanya Contra el Comerç d’Armes) i que implicava a ONG internacionals- va néixer a Barcelona. Impulsada per Vicenç Fisas i participada per AI, Greenpeace, Intermón i MSF, la Campanya ‘Hi ha secrets que maten’ exigia transparència, posar fi al segrest de la informació sobre el comerç d’armes que el Govern espanyol practicava. I, de retruc, la Campanya estatal mostrava que algunes ONG de referència internacional podien col·laborar conjuntament a nivell públic.

Ho recordo bé, perquè vaig participar-hi activament. Jo ja col·laborava voluntàriament amb la Fundació per la Pau i, durant el curs 1995-1996, vaig treballar –la meva primera feina en l’àmbit social- coordinant les campanyes de control d’armes d’Intermón. On, per cert, el meu cap era l’actual president de la FpP, en Xavier Masllorens!

Una intensa i bonica experiència de fa 17 anys que, passat el temps, connecta fortament amb aquesta setmana decisiva: la darrera d’un llarg procés diplomàtic que hauria de permetre’ns passar a ser persones i països adults i, sense més excuses, regular el comerç d’armes.





Adéu al descontrol de les armes?

6 07 2012

(article publicat al Diari ARA el dijous 5 de juliol de 2012)

Quan ho expliques, la gent no se sol creure que el comerç d’armes, amb el seu impressionant impacte humanitari, econòmic i social, estigui sotmès a menys controls que el comerç de productes alimentaris, culturals o de lleure. Però, és ben veritat. Alguns països, no pas la majoria, tenen legislacions estatals. Hi ha acords regionals. Però no existeix una regulació mundial del comerç d’armes.

Podem fer interessants debats sobre perquè això és així. Podem valorar que la Defensa és gelosament guardada pels Estats i, per tant, són reacis a donar informació sobre transaccions d’armes. Podem intuir que la indústria militar té un pes prou significatiu com per influir en els governs i evitar que aquests posin pals a les rodes a les seves activitats. I, és clar, podem considerar que tot és fruit d’una concepció equivocada de la seguretat, encara massa equiparada a pautes i esquemes militaristes. Però el que no podem fer de cap de les maneres és negar la importància de posar ordre a al descontrol de les armes.

Les xifres parlen per si soles. Cada any més de mig milió de persones moren a causa de la violència armada. Moltes més són greument ferides o mutilades. Cada dia que deixem de fer-hi alguna cosa, unes 1.500 persones perden la vida. No és que anem mancats d’estris de destrucció precisament: al món tenim vora 700 milions d’armes curtes i lleugeres. Això vol dir que per cada 10 ciutadanes i ciutadans hi ha una arma. I, per si fes falta, cada any aboquem 10.000 milions de munició nova…

El resultat de tota aquesta proliferació (moltes armes) i descontrol (facilitat per al seu comerç) és devastador. D’exemples, malauradament, n’hi ha molts: el règim sirià porta més d’un any massacrant, amb armes russes i xines, una població que ja ha vist morir més de 16.000 persones. Els Estats Units critiquen a Rússia i la Xina per abastir a Síria però venen armes en grans quantitats a l’Aràbia Saudita, Egipte o Israel. Diversos països de la Unió Europea que van liderar, aplaudir o tolerar l’acció bèl·lica sobre Líbia havien venut de 2006 a 2009 1.300 milions d’euros en armes al Sr. Gaddafi, etc.

Vendre armes a un dictador que esclafa la seva població, vendre armes a països que estan en guerra o vendre armes a països amb economies precàries, sense sistema de salut i de desenvolupament, és una manera clara i activa de col·laborar amb la violència, la perpetuació de la pobresa i la vulneració dels drets humans. És hora de posar-hi ordre. De fer-hi alguna cosa. De prendre’s seriosament la responsabilitat de defendre la vida de les persones.

Aquesta setmana, a la seu de les Nacions Unides a Nova York, ha començat una conferència diplomàtica crucial que ha d’abordar l’adopció d’un Tractat mundial que reguli el comerç d’armes. Arribar aquí no ha estat fàcil: a mitjan 90, diverses ONG i Premis Nobel de la Pau van reclamar que s’establissin uns criteris d’obligats compliment per a tots els Estat sobre el comerç d’armes. No serà fins una dècada més tard, el 2006, que l’Assemblea General de les Nacions Unides aprova una declaració de suport a un Tractat sobre Comerç d’Armes. Després de diversos grups d’experts i informes que en validen la viabilitat, el 2009 s’acorda iniciar un procés diplomàtic. Fetes les quatre reunions preparatòries previstes, ara és l’hora de la veritat.

Fins ara, una majoria d’Estats d’Europa, Àfrica i Amèrica Central i del Sud han apostat per un Tractat que sigui vinculant, que abraci totes les armes convencionals i que sigui explícit en nou autoritzar aquelles vendes d’armes que presentin un risc substancial de facilitar la vulneració dels drets humans. Uns pocs, però potents governs (Xina, Rússia, Estats Units, Pakistan, Egipte, etc.), pensen en un tractat merament orientatiu, que deixi fora les armes curtes i lleugeres (les principals responsables de la majoria de morts avui) i que no reculli els criteris de drets humans, desenvolupament, violència de gènere, etc. a l’hora d’autoritzar o denegar una venda d’armes.

La societat civil catalana i mundial ha fet un important treball durant tot aquest temps: donant a conèixer la problemàtica, fent propostes, acompanyant diplomàtics, denunciant governs, facilitant testimonis de víctimes, etc. I, la setmana passada, presentant un significatiu suport ciutadà i associatiu a la demanda d’un Tractat robust i seriós. Ara, és l’hora dels Estats: tenen una gran oportunitat de trobar un marc d’acord, posar les armes sota control i ajudar a salvar vides humanes. No és poc.





‘Deure de responsabilitat’

22 02 2012

(Text de la intervenció feta en la sessió de la societat civil als delegats governamentals de la 4a Reunió Preparatòria cap al Tractat sobre Comerç d’Armes, Nacions Unides, Nova York, 15 de Febrer de 2012)

Senyor president, distingides delegades i delegats, senyores i senyors, amigues i amics,

Sens dubte, és un honor per a una persona implicada en el treball per la pau i la defensa dels drets humans poder adreçar-se a ses senyories a les Nacions Unides. L’honor és més gran encara si la reunió aborda un afer que afecta directament la seguretat de les persones i els pobles, com és la possible aprovació, el proper juliol, d’un Tractat sobre Comerç d’Armes.

Fins avui, han estat moltes hores de treball i debat. Sens dubte, ben interessants. Fins i tot la discussió sobre temes recurrents o qüestions de procediment permeten veure diferents sensibilitats que, finalment, hauran de trobar un punt d’acord. Aquesta és la grandesa d’aquest espai: la construcció, encara que sigui tortuosa i llarga, d’un procés compartit.

Vivim en un món amb enormes carències i dificultats per a bona part de la humanitat. La fam que colpeja, la salut que falta, els drets que es vulneren, la violència que regna. I sobre aquesta dura i complexa realitat hi ha també diverses visions i sensibilitats.

Per exemple, hi ha qui considera que la despesa militar és exagerada i, pel seu cost d’oportunitat, dificulta la satisfacció de necessitats humanes més urgents. I hi ha qui sosté que tota aquesta despesa és necessària per garantir la seguretat. Hi ha qui considera que el comerç d’armes és nefast en si mateix, i hi ha qui considera que es tracta d’una activitat inevitable, vinculada a les necessitats de la defensa. Hi ha qui considera que el deure de protegir la humanitat ha de passar per sobre de la sobirania dels Estats, i hi ha qui creu que sota cap concepte hi ha d’haver ingerències en la sobirania estatal.

Però, més enllà d’aquestes i moltes altres visions i sensibilitats, hi ha algunes coses certes. Un munt de conflictes (alguns petits i localitzats, d’altres de dimensió regional, enfrontant diversos actors armats) han protagonitzat aquestes últimes dècades. Conflictes que han suposat un altíssim nivell de destrucció. I això sense tenir en compte l’epidèmia quotidiana de violència armada que colpeja molts països suposadament en pau.

Quan hom parla amb persones que han patit la violència, hi ha una cosa que sempre m’impressiona. I és el fet que no acaben d’entendre com es va poder arribar a aquesta espiral de destrucció. I és que quan la llavor de la violència esclata, s’escampa amb molta facilitat i genera enormes estralls Òbviament, en la pèrdua de vides humanes, en persones ferides i afectades. Però també en la destrucció d’infraestructures, impactes negatius en el teixit econòmic, més tensions en la salut pública, etc. I, sobretot, destrucció de la convivència. Allò que s’ha construït durant anys, pot caure per un episodi puntual de violència. I costa dècades tornar a reconstruir aquest teixit, invisible però imprescindible, de convivència humana i social.

És cert que en els conflictes armats hi incideixen molts factors. També en el cas de la violència en els conflictes interpersonals, en el crim organitzat o en la delinqüència comú en diferents països. Són situacions que s’han d’avaluar i abordar de forma específica. Però hi ha una cosa que la pràctica totalitat dels conflictes bèl·lics, així com els fenòmens de la violència social comparteixen: les armes. Sí, cada conflicte és un món, té les seves causes, els seus actors, els seus contextos, els seus impactes. Però tots els conflictes violents entre persones o països, es desenvolupen i s’agreugen per la presència i facilitat d’accés a les armes.

Una vegada, un amic em va dir que quan li explicava alguna cosa al seu fill de 12 anys i aquest no ho entenia… és que realment hi devia haver alguna cosa incomprensible. Expliquem a les nostres nebodes i nebots, a les nostres filles i fills, a les nostres netes i nets que hi ha productes d’alimentació, de cosmètica o de cultura que tenen fortes regulacions estatals, regionals i mundials. Expliquem-los, tot seguit, que les armes –amb les seves terribles conseqüències- no en tenen. I no ho entendran. Perquè, realment, és il·lògic, incomprensible, absurd. I, sobretot, és greument irresponsable.

Una regulació forta del comerç d’armes no és una qüestió de visions o de sensibilitats a les quals abans ens referíem. És una qüestió de sentit comú. De gestionar adequadament la realitat, veient els problemes existents i buscant les solucions pertinents. De tenir en compte la protecció de la vida de les persones. D’entendre que el món és el resultat de les decisions que anem prenent …  o no prenent.

Entre les decisions que hem de prendre, hi ha la de no ignorar mai més el fet que les armes convencionals contribueixen a cometre greus violacions de drets humans com la tortura, l’ús excessiu de la força per part de les forces de seguretat, les execucions extrajudicials, els desallotjaments forçosos i les desaparicions.

Perquè un TCA sigui un instrument eficaç en la regulació del comerç internacional d’armes, ha d’incloure una norma de drets humans viable que els Estats puguin aplicar quan estudiïn l’autorització d’una transferència internacional. Aquesta norma ha d’exigir als Estats que no realitzin transferències d’armes quan existeixi un risc substancial que siguin utilitzades per cometre o facilitat greus violacions del dret internacional, dels drets humans o del dret internacional humanitari.

Entenent per “violacions greus” aquelles que plantegen els motius més grans de preocupació a la comunitat internacional, i per “risc substancial” que es vagi més enllà de la mera sospita, però que es pugui preveure raonablement la probabilitat que els usuaris finals utilitzin les armes per perpetrar greus violacions o abusos.

És possible un món plenament en pau? Segurament, la majoria de les persones que som aquí ho desitgem. Però no podem assegurar que sigui possible. En canvi, és possible disposar d’una regulació mundial que impedeixi vendre armes a règims que aixafen les seves poblacions? És possible deixar de facilitar armes a països que s’estan dessagnant en algun conflicte etern?

Sí, és clar que és possible. A més de convenient i necessari, el que és substancial és que és perfectament possible. Té a veure amb la voluntat política, amb l’esforç de posar-se d’acord i amb la valentia d’abordar un problema complex però amb la determinació de buscar la millor solució. Perquè, en definitiva, crear un Tractat sobre Comerç d’Armes és un deure de responsabilitat. Un deure de responsabilitat no cap a una hipotètica utopia futura. És un deure de responsabilitat cap a allò que fins ara hem fet malament i allò que podem canviar cap a millor a partir del juliol. I entre el que hem fet malament, permetre la proliferació, el descontrol i el mal ús de les armes, amb les terribles conseqüències de la pèrdua de més de 500.000 vides humanes a l’any, és clarament un dels errors més greus.

En la 3a Reunió Preparatòria de juliol de 2011, em va fer molta il·lusió retrobar-me amb Flory Kayembe, activament implicat en la prevenció de la violència a la República Democràtica del Congo. Per desgràcia, ell ara ja no és entre nosaltres i no veurà una cosa per a la qual va lluitar sempre: l’existència d’un Tractat que reguli el comerç d’armes. Vostès, que no només tenen l’oportunitat de veure-ho, sinó la capacitat d’impulsar-lo, per favor, no desaprofitin aquesta oportunitat històrica. I si el juliol tira endavant un bon Tractat, vostès n’hauran estat els protagonistes. I després, podran i podrem explicar a les nostres nebodes, filles i netes que, davant un greu problema, ens vam esforçar, vam cercar i vam trobar una solució.

Moltes gràcies.