¿Más gasto militar o más seguridad global?

10 10 2022

(artículo publicado en Eldiario.es el 6 de octubre de 2022: https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/gasto-militar-seguridad-global_129_9602766.html)

Pues sí, parece que esta vez va en serio.

Desde que la OTAN alumbrara, en 2014, el reto de que sus miembros incrementaran el gasto militar hasta el 2% del PIB, el Gobierno había expresado varias veces su acuerdo pero sin fechas ni prisas. En foros más técnicos, de hecho, lo había descartado. En 2019, en un seminario, la ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguraba contundentemente: “Hemos de ser muy sinceros. España no va a llegar nunca al 2%”. A principios de este marzo, en la Comisión de Defensa del Congreso, Robles se reafirmaba en ello. 

Pero al cabo de poco, en entrevistas y comparecencias, el presidente Pedro Sánchez recuperaba la idea de alcanzar dicho objetivo y, antes de la cumbre de la OTAN, se comprometió a duplicar el gasto militar en una década militar hasta cumplir con el 2%.

Sin duda, el ataque a Ucrania ha cambiado el escenario. Alemania y otros países han expresado su voluntad de incrementar el gasto militar y, así, ese objetivo del 2% (que solo cumplían 8 países de la OTAN) parece, ahora sí, una obligación por parte de los Estados. 

La tendencia es clara: el mundo se rearma y se dispara el gasto militar. Y España va a participar en ello.

Muchos analistas han alabado las rápidas y firmes decisiones en Defensa que los países de la UE han hecho ante el ataque de Putin en Ucrania. Sin embargo, que haya celeridad en la toma de decisiones no indica nada sobre la calidad, necesidad o positividad de esas decisiones.

Y si se trata de proveer mayor seguridad global en este mundo que, se supone, es de lo que se trata cuando se defiende el incremento del gasto militar, aparecen muchas dudas y críticas.

Para empezar, nadie discute la lógica del 2%. Se propuso, se ha ido consolidando y ahora parece inexcusable. Pero, ¿en base a qué, el 2% es la cifra adecuada y no otra? 

Más en profundidad: cuando salimos de una pandemia que ha matado a más de seis millones de personas en todo el mundo; cuando la emergencia climática llama a nuestras puertas, cuando deberíamos poner todo nuestro ingenio y esfuerzo en defender la vida humana, resulta que apostamos, más que nunca, por engrosar el belicismo. ¿Es esa, realmente, la prioridad?

Millones de personas mueren de hambre cada año. Decenas de miles mueren en nuestros mares porque -pese a huir del horror- no les dejamos entrar. ¿Asistimos, impávidos y resignados, a todas esas pérdidas humanas pero en cambio, debemos incrementar el gasto militar global “por nuestra seguridad”? ¿Qué seguridad? ¿Cuál es esa defensa que no nos defiende ante las principales amenazas que socavan millones de vida en el mundo?

Y si, en clave militar, consideramos que estamos indefensos ante imperialistas y criminales de guerra ¿por qué no impulsamos los instrumentos jurídicos globales de defensa de los derechos humanos y los convertimos en ejes efectivos de disuasión, en vez de boicotearlos? ¿Por qué no reforzamos los organismos de gobernanza mundial en vez de menospreciarlos y ningunearlos?

Si nos preocupa el peligro de una guerra nuclear, ¿por qué no trabajamos en serio por el desarme? ¿Por qué, desoyendo a Naciones Unidas, la OMS, la Cruz Roja, etc. las potencias se niegan a eliminar sus arsenales? ¿Por qué la OTAN no apoya el nuevo Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN) en vez de boicotearlo a fondo? ¿Por qué España ni tan siquiera participó como observador en la Conferencia de Viena del TPAN en junio?

Si queremos trabajar para conseguir un mundo más seguro podemos ¡debemos! hacer muchas cosas. Pero aumentar el gasto militar es la menos necesaria y urgente.

Y, finalmente: todo este incremento del gasto militar no se produce, como se pretende hacer suponer, después de un ciclo de bajadas y recortes. En absoluto. Llevamos casi dos décadas de subidas del gasto militar mundial. En concreto, en 2021, hemos superado los 2 billones de dólares, la cifra más alta registrada desde 1988. 

¿Tenemos que incrementar, aún más, el gasto militar? ¿De verdad?

A lo mejor, si después de años de aumentar el gasto militar hemos duplicado el número de guerras y el número de muertes en dichas guerras, tenemos la cifra más alta nunca registrada de población refugiada y desplazada, se han reforzado las lógicas de bloques, etc. quizá en vez de insistir en más gasto militar y más militarismo, es hora de construir otras políticas y estructuras de seguridad, mucho más humanas, sólidas y efectivas.





“La maquinària bèl·lica ens serveix per a tenir seguretat de les persones? O serveix a lògiques imperials?”

18 03 2022

Enllaç a l’entrevista d’Andreu Barnils per a VilaWeb:

https://www.vilaweb.cat/noticies/jordi-armadans-agressio-militarment-no-opcio-alimenta-monstre/





Pedro Morenés y el gasto en Defensa: confusiones y mentiras

9 10 2012

Es pesado tener que repetir hasta la saciedad algunas obviedades, pero mientras se siga confundiendo y engañando sobre el gasto militar, habrá que decirlo las veces que haga falta.

Y, en el ‘publireportaje‘ (13 páginas, más el editorial y la portada) que La Razón ofrece hoy al Ministro de Defensa del gobierno español  Pedro Morenés, hay declaraciones que contienen aspectos inquietantes, datos confusos y mentiras deliberadas.

Es inquietante cuándo, en relación a la necesidad de seguridad del Estado, parece añorar los tiempos en los que los Estados occidentales preferían pactar con dictadores y corruptos a cambio de tener un cierto control de la situación que no defender la libertad y la democracia aunque ésta, faltaría más!, suponga que desde fuera no se controlen tanto las cosas:  ‘nos preocupa mucho los movimientos alentadores, como ha sido la Primavera árabe, pero que llevan aparejados unos elementos de libertad que hacen que determinadas energías latentes de desestabilización, que estaban controladas, sean hoy por hoy, difíciles de controlar y contener‘.

Es confuso y falso afirmar que ‘España no ha llegado al 1% del PIB en Defensa cuando lo que se nos pide es el 2%‘. Como siempre, tenemos que recordar que el gasto militar va más allá de lo que en los Presupuestos Generales del Estado se imputa al Ministerio de Defensa. Las pensiones a militares, los pagos a la OTAN, la inversión en I+D militar, la Guardia Civil, etc. son partidas que según los criterios internacionales (no de pacifistas sino de organismos intergubernamentales de Defensa) deben considerarse gasto militar. Si contamos todas estas partidas, el gasto militar español prácticamente es el doble y, por lo tanto, está mucho más cerca del 2% del PIB que no del 1%.

La mentira: Morenés habla que se ha reducido el Presupuesto en Defensa para 2013 un 6% y dijo que ‘desde 2008 ha sufrido una caída importantísima‘. Esconde, de forma deliberada que cada año hay decisiones del Consejo de Ministros que permiten incrementar el gasto militar.

Siempre pasa y, además, acaba de pasar para los PPGG del 2012: la decisión de incrementar el presupuesto de Defensa para adqusición de programas de armamento por 1.782 millones de Euros. Un incremento ‘sobrevenido’ que hizo que, al final, el gasto en Defensa en vez de reducirse, se incrementara sustancialmente respecto al año anterior. Es obvio que Morenés conoce esta realidad y es obvio que espera que el 2013 vuelva a pasar.

En cualquier caso, es evidente que sabe que miente cuándo dice que el gasto militar lleva bajando todo este tiempo.





Incrementant la despesa militar en temps de crisi… o ens calen rescats morals

12 09 2012

Quan aquesta primavera van sortir les dades dels Pressupostos Generals de l’Estat 2012, ens vam haver d’esforçar per a matisar les dades que indicaven una retallada en la despesa militar.

En primer lloc, apuntant que el 8,84% de reducció de la despesa del Ministeri de Defensa (que, per cert, recordem-ho: només acull una part de la despesa militar) era sensiblement inferior al 17% de mitjana de reducció ministerial. És a dir, es va reduir la despesa del Ministeri de Defensa el 2012 respecte al 2011? Sí. Es va mimar el Ministeri de Defensa respecte a la majoria dels altres Ministeris? Sí, clarament.

En segon lloc, vam advertir -i no perquè sí- que calia esperar a acabar l’any per tenir una foto més precisa sobre el que realment s’havia gastat en despesa militar. Perquè, habitualment, hi ha sorpreses: increments, afegitons, etc.

Bé, això és el que acaba de passar. La setmana passada, el Consell de Ministres va aprovar un crèdit de 1.782 milions d’euros per al Ministeri de Defensa. Amb aquests diners, es preveu que Defensa pagui part dels compromisos contrets en els darrers 15 anys en programes de compra d’armaments com avions, carros, helicòpters, etc.

De cop, per tant, han sortit 1.782 milions d’euros per a armes: se’ns diu que eren compres compromeses. Però, és que no estaven compromeses altres partides en ensenyament, salut o atenció social? I és que amb la seva eliminació no s’ha compromès seriosament l’economia de moltes famílies? Una decisió, per cert, avalada avui al Congrés amb els vots del PP, PSOE, CiU, PNV i UPyD.

Uns quants mesos més tard, i quan tothom ja ha ‘interioritzat’ que la despesa militar va baixar, sabem el que realment ha passat: que s’ha incrementat un 16,88%.

Una notícia que clama al cel. I que ens recorda que, a més de rescats econòmics ens calen rescats morals.





‘Carta abierta al futuro presidente sobre Crisis y Gasto Militar’

19 11 2011

Sr. Presidente,

Somos conscientes de que asumirá el encargo de presidir el Gobierno en un contexto de grandes dificultades económicas, de distanciamiento entre la ciudadanía y la política y en el que tendrá que dar respuestas convincentes ante los múltiples retos actuales.

La ciudadanía vive perpleja ante la sensación de que los gobiernos del mundo democrático terminan por plegarse a unas exigencias que no emanan del sentir popular sino de unos intereses económicos globales. Exigencias que, en medio de la opacidad y la desregulación, terminan por beneficiar a unos pocos. Así, parece difícil evitar que la gente piense que paga los platos rotos de una fiesta en la que no decidieron ni la comida ni los invitados.

Una globalización económica sin regulación nos ha conducido a una democracia acosada por los mercados y de precaria credibilidad. La comunidad internacional, más allá de reaccionar con medidas urgentes ante lo que acontece, debe acometer una revisión a fondo de los acuerdos, mecanismos y estructuras en los que se fundamenta el actual sistema económico.

Si, como parece, se opta por reducir el gasto público y las inversiones, no podemos asistir impasibles al recorte de prestaciones sociales, sanitarias y educativas –todas ellas siempre fundamentales pero aún más en un contexto de crisis que comporta más precariedad a buena parte de la población- o a la inversión en ciencia e innovación. Es esencial generar otro sistema económico que pueda ser más justo, sostenible, productivo y sólido.

No asistiremos impasibles a la reducción de inversiones y gastos cruciales para el bienestar y la protección de la calidad de vida mientras se continúa manteniendo un descomunal gasto militar.

Sabemos que no es un caso específico de España. Los principales países del mundo, encabezados por los Estados Unidos, mantienen una inmensa maquinaria bélica. Si tenemos en cuenta las graves carencias que afectan a la mayoría de los habitantes del planeta, el desarrollo de este desmesurado arsenal constituye un auténtico insulto. Lamentablemente, este modelo se proyecta con fuerza y los países emergentes se esfuerzan en copiar los mismos modelos. Por ello, el incremento del gasto militar, la producción de nuevos sistemas armamentísticos o la adquisición de nuevas armas en el mercado internacional son pautas habituales de muchos países. Hay que recordar que, tal como apuntaba el reciente Informe del SIPRI, el gasto militar mundial, pese a los 4 años de crisis económica, subió en todo el mundo un año más, hasta alcanzar la escandalosa cifra de 1,6 billones de dólares.

Mientras, los Objetivos del Milenio –que nos recuerdan las apremiantes necesidades que deberíamos atender si queremos reducir las amenazas que el hambre, la falta de salud o de educación suponen para la población mundial- siguen incumpliéndose año tras año.

Se trata de una política errónea propiciada por los grandes productores de armamento, que confunde seguridad con militarismo. ¿Cómo se puede aprobar que para hacer frente a supuestas amenazas militares se invierta tanto dinero y para evitar riesgos reales que se llevan la vida de millones de personas aceptemos impasibles que no existen medios?

En el caso español, comprobamos amargamente algunas decisiones de sucesivos gobiernos, que siempre hemos considerado erróneas pero que ahora, además, están impactando gravemente sobre la economía. Se ha decidido participar en grandes proyectos armamentísticos (avión de combate europeo Eurofighter, carros de combate Leopard, etc.), sin valorar si eran realmente necesarios y se correspondían con una visión global y moderna de la seguridad. En cualquier caso, con independencia de su conveniencia, han constituido un desastre financiero.

Dedicar más de 16.000 millones de euros para 2011 al gasto militar –teniendo en cuenta todas las partidas, no solo lo que gestiona el Ministerio de Defensa- nos parece una sinrazón. Las posibles misiones internacionales, argumento habitual para justificar una alta dotación en armas a los ejércitos, no precisan de ese enorme gasto y, en concreto, de la  adquisición o fabricación de armas, impuestas por la pertenencia a la OTAN –es increíble que la UE no sea todavía autónoma en materia de seguridad- y que, en buena medida, son propias de conflictos pretéritos.

Cuándo hace 14 meses publicamos en estas mismas páginas el artículo ‘Crisis, gasto militar y desarme’ (El País, 2 de agosto de 2010) queríamos alertar sobre la grave crisis económica y la necesidad de establecer unas  prioridades adecuadas a la hora de plantearse recortes del gasto público. Durante estos meses hemos visto como la crisis económica se agudizaba sin que las medidas de austeridad hayan alcanzado al gasto militar.

Pero a la vez hemos sido testigos de dos fenómenos de gran trascendencia.

Por un lado, miles y miles de mujeres y hombres del mundo árabe han dicho “¡Basta!”. Han gritado al mundo que también quieren vivir con dignidad, aspirar a la justicia y disfrutar de la libertad. Han hecho tambalear, y caer en algunos casos, a dictadores que lamentablemente, contaban con el apoyo interesado de buena parte de las democracias occidentales. Con las modernas tecnologías de la información y la comunicación, que permiten la libre expresión y la participación no presencial, los ciudadanos ya no sólo serán contados en las elecciones. Deberán contar también después. Pueden influir y decidir. Y deben hacerlo.

Por otro lado, en España irrumpía con fuerza el movimiento del 15 M, internacionalizado meses después con la movilización del 15 0. Unas movilizaciones surgidas de la disconformidad e indignación de muchas personas ante la degradación de la calidad de vida, la pérdida de capacidad democrática de dirigir la economía y el alejamiento de la política de sus auténticas responsabilidades.

Por cuanto antecede nos parece que proteger el gasto social y dirigir los posibles recortes hacia el gasto militar es una medida que fortalece la democracia, mejora el bienestar y envía a la ciudadanía un mensaje positivo, al priorizar la agenda social en un contexto de crisis aguda.

Sr. Presidente: le agradeceremos que tenga en cuenta estas reflexiones y sugerencias.

Federico Mayor Zaragoza, presidente Fundación Cultura de Paz y

Santiago Álvarez Cantalapiedra, director CIP-Ecosocial

Jordi Armadans, director Fundació per la Pau

Alfons Banda, coordinador Comité Interenacional Fundacío per la Pau

Manuel Dios Diz, presidente Seminario Galego de Educación para a Paz (SGEP)

Vicenç Fisas, director Escola de Cultura de Pau de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB)

Rafael Grasa, presidente Instituto Català Internacional per la Pau (ICIP)

Carmen Magallón, vicepresidenta Asociación Española de Investigación para la Paz (AIPAZ)

Manuel Manonelles, director UBUNTU y Fundación Cultura de Paz Barcelona

Vicent Martínez Guzmán, director honorífico Cátedra UNESCO Filosofia Pau Universidad Jaume I de Castelló de la Plana

Xavier Masllorens, presidente Fundació per la Pau

Manuela Mesa, presidenta Asociación Española de Investigación para la Paz (AIPAZ)

Beatriz Molina, directora Instituto de la Paz y los Conflictos Universidad de Granada

Arcadi Oliveres, presidente Justícia i Pau Barcelona

Pere Ortega, presidente Federació Catalana d’ONG per la Pau

Gorka Ruiz Santana,

presidente Foro Asociaciones de Educación en Derechos Humanos y por la Paz del Pais Vasco





Tres preguntes sobre l’OTAN

18 11 2010

Demà a Lisboa, l’OTAN es vestirà de gala. La cimera adoptarà el nou ‘concepte estratègic’ que ha d’emmarcar la seva acció en els propers anys. Podríem comentar diverses coses sobre el document, els canvis que suposa i les perspectives immediates per a la institució. Però d’això, se’n parla i se’n parlarà. Voldria ara abordar tres aspectes que, malauradament, passaran ben discretament…

No podem parlar del paper de l’OTAN com si res, donant per descomptat que ha d’existir. Som davant un organisme que es va crear específicament i puntual en un context determinat: el de la guerra freda i l’enfrontament entre blocs. Han passat 20 anys de la fi d’aquell context històric i l’OTAN continua ben viva. S’ha, però, replegat? No. Ha tendit a una progressiva desaparició o invisibilització? No. El fet és que l’OTAN ha viscut una època d’impuls, expansió i ampliació.

Arran d’aquesta expansió ha tingut un paper clau en la militarització de molts països. Als candidats a esdevenir nous membres de l’OTAN, els exigia -i no pas de forma dissimulada- que renovessin el seu equipament en defensa. Vaja, que gastessin més en armes i es posessin al nivell dels altres. Als països membres, més d’una i dues vegades, l’OTAN els ha invitat a incrementar la despesa militar tot recriminant-los un pressupost massa exigu (!!).

I, arran de la reobertura del debat sobre les armes nuclears, l’OTAN ha jugat un paper ben galdós: profundament conservador i gens valent. En consonància amb el nou clima, diversos països europeus van demanar la revisió de la política nuclear de l’OTAN i, en concret, la retirada de les armes nuclears presents en territori europeu. Doncs bé, el seu secretari general es va encarregar de tirar aigua al vi -se n’adona Europa que té un paper ben marginal pel que fa a l’àmbit de decisions dins de l’OTAN?- i el document que s’aprovarà dissabte, finalment, no recollirà res seriós sobre això.

Seria bo que Anders Fogh Rasmussen respongués, més enllà de retòrica, el següent:

1) com és que una organització que hagués hagut de morir als anys 90 continua viva i cercant objectius?

2) com és que una organització que diu entendre que la seguretat és alguna cosa més que la defensa militar ha promogut la remilitarització i l’increment de la despesa militar en molts països?

3) com és que una organització que vol promoure la seguretat global, ni tan sols ha estat capaç de decidir retirar unes armes nuclears obsoletes i posades fa una pila d’anys en un altre context que ja no existeix?





La despesa militar ja no és intocable

21 10 2010

El govern britànic ha fet públic un paquet de dràstiques mesures per a reduir la despesa pública. També, la militar. L’Alfons Banda, en un excel·lent article, ja en comentava les intencions.

Venim de tres anys de crisi econòmica on, malgrat molts impactes, la despesa militar s’ha mantingut en bona part intocable. De fet, l’any 2009 va registrar un increment significatiu, tal com apuntava el SIPRI.

La duresa dels ajustos, però, han acabat per esquerdar aquest ‘mur de contenció’ que protegia la despesa militar: les retallades ja no només se centren en les prestacions socials sinó que també afecten a la defensa. I, és clar, el cas britànic tot i no ser el primer és molt significatiu pel fet de ser una de les principals potències nuclears i militars del món.

Però, més fins i tot que retallar la despesa militar, cal destacar algunes de les coses que ha dit el primer ministre britànic en defendre-ho públicament. A més d’afirmar que la Gran Bretanya “no es pot permetre guerres com la d’Iraq i Afganistan” i d’insinuar que la despesa militat era massa elevada en els darrers anys, David Cameron ha reclamat que cal passar “d’una excessiva dependència de l’intervencionisme militar a donar prioritat a la prevenció de conflictes”. Tota una perla.

Fa uns mesos, algunes persones de l’àmbit de pau preocupades per aquesta situació publicàvem un article conjunt on alertàvem d’unes polítiques de seguretat massa centrades en la defensa militar i que, al damunt, semblaven quedar al marge de les retallades pressupostàries. S’agraeix comprovar que allò que dèiem no era una poca-soltada (tal com molta gent ‘seriosa’ vol fer creure) sinó que alguns dels principals líders polítics del món, ni que sigui en una petita part, ens prenen els arguments i les propostes.





Prioritats desenfocades

30 08 2010

(article publicat a la Revista Estris de Juliol-Agost)

Que tenim un xic atrofiat el sistema per a definir col·lectivament les nostres prioritats, és una evidència. Cada any assistim impassibles a la mort de centenars de milers de persones per manca d’aliments, d’aigua potable o per uns sistemes de salut deficients. Tenim suficients recursos econòmics, humans i tècnics per assegurar aquestes necessitats per a totes les persones del món però tal com estem organitzats (estructures, valors i prioritats) acabem permetent que any rere any això passi…

Vaja, que el fet de malgastar en bestieses –o directament en barbaritats- enlloc de en necessitats bàsiques, és una constant del nostre món. El que passa és que, quan hi ha crisi, aquestes paradoxes esdevenen més sagnants.

Obviarem el fet que bona part dels factors que ens van dur a la crisi econòmica que ens afecta no hagin estat abordats. En dos anys i mig, no s’ha produït cap canvi ni reforma del sistema financer tot i que fa mesos que es diu que s’ha de fer. És com si després de patir una fuita d’aigua a casa, ens preocupéssim només de netejar el terra i ignoréssim a consciència el perquè i l’origen de la fuita. Qualsevol persona ens diria que som uns temeraris i uns irresponsables, no? Doncs això és el que estem fent col·lectivament…

Obviarem també el fet que, en cas d’acordar mesures per reduir el dèficit d’un país, els governs poden, a més de retallar, incrementar els ingressos. I que ningú s’espanti: no estem dient que tothom pagui més, sinó que alguns que paguen ben poc –tot i tenir molt- paguin el que els correspon. I uns no paguen perquè fan delicte i altres… senzillament perquè és legal. Si, és dur, però és ben cert!

Però, en cas de reduir, perquè no es pensa en una despesa militar escandalosament elevada i, sovint, plenament inútil? Hi ha qui diu que això és intocable, però jo no acabo d’entendre-ho. Diuen que cal la depesa militar per a defendre’ns. Mentrestant, reduïm la despesa social i congelem pensions, dediquem menys diners a la lluita contra la pobresa –cooperació al desenvolupament- i reduïm el suport a familiars de malalts dependents… És a dir, que abans de reduir els diners per a fer front a hipotètiques amenaces militars externes, els reduïm d’allò que serveix per atendre a persones que pateixen amenaces ben reals que afecten la seva vida. El que dèiem, prioritats ben desenfocades!





A voltes amb la seguretat

13 08 2010

Enmig de les anades i vingudes de les vacances, ens topem amb la duresa d’algunes catàstrofes naturals (riuades, inundacions, sequeres, incendis) que han afectat entre altres a Rússia, Pakistan, Índia o la Xina.

Una i una altra vegada cal veure i fer veure que la seguretat de les persones i els pobles depèn de molts factors: salut, medi ambient, justícia, desenvolupament, drets humans, espai de drets i llibertats, participació democràtica, no discriminacions i, evidentment, capacitat de previsió i reacció davant les catàstrofes naturals.

Malgrat tot, encara persisteix aquesta absurda idea que un país segur és aquell que té més armes i que dedica més diners a la despesa militar. Tot plegat, inversions que ben poc poden fer per a protegir les persones de les amenaces que realment els afecten o poden afectar.

Per si algú ho havia oblidat, cal recordar que la Xina és el segon estat que més diners va gastar el 2009 en despesa militar? I Rússia, el cinquè? I l’Índia, el novè?

En fi, si realment es pensés en les persones i les seves necessitats, és clar que la despesa militar no seria tant prioritària a l’hora de fer els pressupostos. És una obvietat, però cal anar-la recordant.





Article ‘Crisis, gasto militar y desarme’

2 08 2010

Que en temps de crisi cal revisar la despesa és una obvietat. El que no ho és tant és a quines partides cal aplicar les retallades. I el que sembla fora de lloc (ep! almenys per a algunes i alguns) és que aquestes retallades s’apliquin a la despesa social mentre es deixa immaculada la despesa militar.

Aquesta és una de les reflexions que diverses persones vinculades al moviment i el treball per la pau de Catalunya i l’Estat espanyol vam voler plasmar en un article conjunt publicat el passat dilluns 2 d’Agost a El País.

Penso que és una bona iniciativa. I encara més que sigui conjunta. En començar el nou curs, en tornarem a parlar.

Ara, per si ho vols, et deixo l’enllaç de l’article íntegre aquí.